martes, 21 de octubre de 2008

Sigur Rós - Með suð í eyrum við spilum endalaust

He de ser brutalmente honesto en esta ocasión (No quiero decir que en otras ocasiones no lo haya sido, sino que en esta lo soy de una manera brutal): Si alguien me pregunta si me gusta Sigur Rós, la respuesta es No. Mi descontento con ellos tiene que ver con sus primeros álbums, Von, Agaetis Byrjun y ( ). Esos tres álbums, especialmente el tercero, se me hacen increiblemente etereos, y por lo tanto, dificiles de anclar. Al escucharlos, siempre quedo con esta sensación de no saber que escuché realmente, a pesar de ello, en los últimos años me he tenido que tragar mis palabras un poco, con sus mas recientes álbums, Takk... y el que me ocupa en esta ocasión, Með suð í eyrum við spilum endalaust.

Si he describir el sonido de la banda islandesa en este álbum con una sola palabra, creo que esa palabra sería celebración, aunque ciertamente no han dejado del todo atrás ese sentido de hermosa melancolía que acompañaba a sus anteriores trabajos, como lo muestra de manera tan contundente su canción Staralfur, este nuevo album sigue el camino que empezó a trazar Takk..., su album del año 2005; en Með suð í eyrum... canciones como Gobbledigook, Inní mer sur syngur vitleysyngur, Við spilum endalaust, Með suð í eyrum o la aptamente llamada Festival (que por cierto, tiene uno de los finales mas hermosos que he oído en un buen tiempo para una canción) son temas que ponen de manifiesto el carácter festivo, alegre, y si me permiten el término, ciertamente juguetón que tiene este nuevo álbum de Jónsi & Cía. Un carácter que empieza a manifestarse desde la misma portada del álbum, con su fotografía de cuatro personas haciendo Streaking.

Creo que el cambio mas importante que tiene este album es el cambio tan significativo que ha tenido Sigur Rós en la instrumentación y en los arreglos, y que es un cambio que viene desde Takk... aunque sigue teniendo un carácter minimalista, se podría decir que es una clase distinta de minimalismo, uno mucho mas orgánico y menos etéreo, por lo que la experiencia de escuchar el álbum deja a quien lo hace con la sensación de haberse encontrado con algo tangible y anclable a una experiencia, lo que realmente no ocurría con sus anteriores producciones.

Aun asi, este álbum aun tiene algo para complacer a los admiradores del sonido 'Vieja Escuela' de la banda, como lo demuestra
Festival, aunque su segunda mitad es todo lo que he mencionado hasta el momento, la primera parte es todo lo que era Sigur Rós antes, y uno no puede dejar de pensar que quizá la canción estaba mejor partiéndola en dos... a fin de cuentas, junto con Ára Bátur, es la unica canción del album que coquetea con los 9 minutos de duración.

No tengo ningun problema en admitir que tengo que tragarme mis palabras en lo que a Sigur Rós se refiere, por lo menos, con este álbum: mostrando un sonido que sigue siendo filosoficamente fiel a los anteriores trabajos de la banda, Sigur Rós muestra
en Með suð í eyrum við spilum endalaust un sonido que tambien puede ser de mas fácil acceso y que resulta ser una experiencia altamente reconfortante y recompensante.