sábado, 13 de septiembre de 2008

Metallica - Death Magnetic

Si me lo preguntan, diría que Metallica es algo así como el George Lucas de la música; Por alguna razón, la gente no puede pensar en términos relativos respecto a ellos, y las opiniones sobre la banda de Lars 'Cara de Niña' Ulrich siempre caen en dos bandos: Los que creen que son unos vendidos desde que se cortaron el pelo y que todo lo que hacen después del Álbum Negro es una soberana mugre, y los que siguen creyendo que son unos condenados genios...Independiente de la opinión que tengan, ambos están pendientes de cualquier cosa que hagan, que es lo que explica que me encuentre escuchando y hablando de su mas reciente álbum, Death Magnetic.

Ciertamente, después de su álbum St. Anger, Metallica tenía que hacer un serio proceso de control de daños...Tras ver el documental Some Kind of Monster uno no puede evitar pensar que era inevitable que ese álbum saliera de la forma en la que tenía que salir; En mi opinión, las relaciones entre los miembros del grupo, la salida de Jason Newsted y la relación creativa con Bob Rock, la cual era evidente que ya no iba para ningun lado, se manifestaron en el sonido de St. Anger, pero el fiasco de 2003 no es lo que nos ocupa hoy, sino este esfuerzo de 2008...

Decir que este álbum es 'Más de lo mismo' con respecto al sonido tradicional de Metallica es una verdad a medias, ciertamente es un album cuyo sonido y disposición en general recuerda al Metallica de antaño, pero decir 'Mas de lo mismo ' implica estar metido en un ciclo de repetición que resulta poco interesante, lo cual no es el caso con este álbum...El trabajo de Rick Rubin ha hecho que haya una vibra distinta con respecto al sonido de la banda en general, como si fuera mas maduro, un ejemplo claro es el rol que tiene el archifamoso pedal wah-wah de Kirk Hammett en las canciones, mientras que antes daba la impresión que tenían que meterlo en la canción de cualquier forma posible, lo que no siempre era muy orgánico, ahora solo aparece cuando es realmente necesario. Algo similar ocurre con la voz de James Hetfield, atrás han quedado las épocas de los aullidos injustificados y el registro algo chillón; finalmente, Lars Ulrich trae algo de su mejor juego a este album con una excelente técnica en la que vuelve con lo que está familiarizado: un beat articulado y con varias capas que reniega del sonido desnudo y crudo del St. Anger.

Sin embargo, no todo es perfección, y como un observador sagaz lo podría suponer, tiene que ver con el miembro del grupo que no he mencionado hasta el momento: Robert Trujillo: Fui uno de los muchos que saltó en una pata al saber que aunque le habían hecho el feo a Twiggy Ramirez, por lo menos habían seleccionado a Robert Trujillo como su nuevo bajista, al mismo tiempo, no podía esperar a ver cual sería el resultado al saber que todos los miembros de Metallica estaban tomando parte en el proceso creativo...De ahí que crea que el sonido de Death Magnetic sea un arma de doble filo: Uno esperaría que alguien que tocó con Ozzy Osbourne, Suicidal Tendencies y Black Label Society haga aportes que además de significativos, sean interesantes con respecto al sonido del álbum, pero la verdad es que no aparecen, aunque ciertamente no desentona con el trabajo del resto de integrantes, el bajo de Trujillo tampoco destaca de una manera significativa, lo que me hace pensar que los días de la dictadura creativa de Hetfield y Ulrich no están completamente superados, y que quizá dentro de unos años volvamos a encontrarnos con otro St. Anger.

De no ser por ese controversial trabajo, Metallica ya podría estar mas allá del bien y del mal, y lo quieran admitir o no, sus subsiguientes esfuerzos van a estar juzgados bajo la sombra de ese álbum; Death Magnetic es un excelente regreso a forma, que demuestra que Metallica aun tiene con que pelear, sin embargo, no está excento de sus vicios y no despeja todas las dudas que han surgido sobre el futuro de la banda.