domingo, 14 de diciembre de 2008

Muffin With A Candle On Top

Aunque debía tener unos 8 o 9 años la primera vez que escuché algo de Nirvana (probablemente el unplugged), la verdad es que la primera vez que escuché el Nevermind tenía 12 años. Es ciertamente sorprendente que ya hayan pasado 11 años desde esa primera vez que escuché el álbum y 17 desde que vio la luz, y aunque Nirvana nunca ha sido una de mis bandas favoritas, resultaría un tremendo ejercicio de negligencia no reconocer la importancia que ha tenido ese álbum dentro de la historia de la música.

La importancia histórica de este álbum viene en dos frentes: En primer lugar, es el tiro de gracia al (ya en esas épocas) agonizante Hair Metal; durante toda la década del 80, bandas como Mötley Crüe, WhiteSnake, Poison, Europe y un larguísimo etcétera convirtieron al Rock (y por extensión al Metal) en una burla de si mismos: Además de reducir su producción musical a una formula preconcebida de canciones pesadas y Power Ballads, se terminaron encerrando en en un estilo autoglorificante y decadente, una eterna fiesta que no se identificaba con su audiencia y que enmascaraba situaciones mas patéticas, como lo demostró Penelope Spheeris en su documental The Decline of Western Civilization y escenas tan trágicas como la entrevista a Chris Holmes, ahogándose en una botella de vodka mientras flotaba en una piscina. La intromisión de los intereses de las grandes disqueras, que habían visto en esas bandas su gallina de los huevos de oro, junto a un zeitgeist que glorificaba y aupaba dichos excesos terminó cavando la tumba del 'género'. Kurt Cobain, a diferencia de personajillos como Vince Neil, Bret Michaels, o David Coverdale, se vestía, lucía, pensaba, y actuaba como aquellos a quienes les cantaba.

Por otro lado, Nevermind fue la materialización de un movimiento musical que se había estado gestando en secreto durante los años 80. Cada vez que se habla de Nirvana siempre se usa la trilladisima frase "Y de la nada, una pequeña banda de Seattle..." pero como lo dice Thurston Moore en el documental Punk: Attitude, lo que representó Nirvana no salió de ningun vacío, lograron sintetizar lo recorrido por bandas como Black Flag, Melvins, Sonic Youth y artistas como Glenn Branca para presentar algo que no solo tenía un mensaje conciso, sino que tambien tenía la capacidad de llegar a una audiencia particularmente grande, en ese sentido, se puede hablar de Nevermind como un album pop en su capacidad de llegar a distintas audiencias.

Dentro de unos años, Nevermind alcanzará su status definitivo como uno de los álbums mas importantes del Rock, manifestando su influencia a partir de bandas que revivirán un 'sonido noventero'... Será una experiencia harto interesante y que nos hará entender la verdadera importancia de (si me perdonan el cliché) esa 'pequeña banda de Seattle que salió de la nada'.